La Salle B 1 - 2 Canyelles
Hemos vuelto a perder un partido que, potencialmente, debíamos haber ganado.
No hay mucha explicación que dar. El equipo visitante es uno de los dos más directos rivales dentro de "nuestra liga". En nuestra anterior visita en un gélido partido de ida, a pesar de no jugar bien, nuestros aguerridos jugadores fueron capaces de volverse con un puntito, merced a un empate a 3.
Sin embargo hoy parecían ayunos de ideas. Todo sea dicho, el Canyelles nos ha sometido a una asfixiante presión que, a pesar de jugar casi 20 minutos con sólo 10 jugadores, no han relajado en ningún momento. Esto, unido a un número 9 rebajado de la penosa tarea de defender y dotado de una habilidad notable con el balón, ha concluido con 2 goles (uno en cada tiempo) idénticos (vaselinas frente a un Xavi solo que no ha podido detenerlas). Lo malo es que han podido ser más, como cuatro o cinco más.
Es cierto que no teníamos a Javi, que suele echarse al equipo a hombros cuando las cosas se ponen difíciles. Pero también es cierto que teníamos prestado durante el primer tiempo a Guille Calleja, quien podría haber hecho ese papel.
No había manera. El juego se trababa cerca de nuestra área de manera desesperante hasta el momento en que el 9 del Canyelles se escapaba y nos intentaba hacer un roto.
Tampoco parecíamos aclararnos con los saques de falta: no estaba claro quién sacaba, ni cuándo sacaba, ni por qué sacaba... despistando a la delantera que acababa en fuera de juego una y otra vez.
Pues eso: un gol que nos meten cuando están jugando con 10 por una lesión transitoria del capitán. Otro gol que nos meten con el capitán recuperado (o quizá con un suplente de tardía incorporación).
Tan sólo hacia la mitad de la segunda parte apareció un rayo de esperanza: Alejandro se escapa con el balón en el frontal del área y le aplica una vaselina al portero visitante, consiguiendo su tercer gol de la temporada. En ese momento había tiempo al menos para empatar... pero no. Sólo fue un rayo.
La verdad es que un partido así deja mal sabor de boca a final de la temporada. Habrá que trabajar más el próximo curso.
Alejandro Rodríguez